
Un estudio de la Universidad de Harvard, publicado en British Journal of Sports Medicine, indica que caminar al menos 4000 pasos, aunque solo sea uno o dos días a la semana, puede reducir el riesgo de muerte prematura en un 26% en mujeres mayores.
Los datos sugieren que las mujeres que alcanzan el umbral de pasos presentan un riesgo 27% menor de morir por enfermedades del corazón, en comparación con aquellas que no alcanzan este nivel.
El estudio subraya que, a medida que aumenta el volumen de pasos, mejoran los resultados de salud. Caminar por lo menos tres días a la semana puede aumentar la reducción del riesgo de muerte general al 40%.
Metodología aplicada
Para el estudio, se monitoreó a 13,547 mujeres estadounidenses mayores de 62 años, con una edad promedio de 72 años, durante siete días consecutivos entre 2011 y 2015, y después seguidas hasta 2024 para comprobar su estado de vida. Es importante destacar que ninguna tenía cardiopatía ni cáncer al inicio del estudio.
Durante ese período de seguimiento hasta finales de 2024, 1765 mujeres murieron y 781 desarrollaron enfermedades cardíacas.
Aclararon que no se dieron instrucciones acerca de cómo dar los pasos, sino que la clave es simplemente darlos. Concluyeron que, a mayor número de pasos, se lograba mejores resultados de salud.
Los investigadores destacan la necesidad de incluir métricas de pasos en futuras guías de actividad física, permitiendo que las personas mayores adopten patrones de ejercicio que se ajusten a su estilo de vida.
Actividad física de bajo impacto
Los adultos mayores deben hacer actividad física de bajo impacto porque estos ejercicios son seguros y apropiados para sus cuerpos, ya que aumentan el ritmo cardíaco gradualmente sin poner demasiada presión en las articulaciones.
Esto ayuda a mantener y desarrollar masa muscular, fundamental para evitar la pérdida muscular relacionada con la edad, y mejorar la movilidad y el equilibrio, lo que reduce el riesgo de caídas y fracturas.
La actividad física regular ayuda a disminuir la probabilidad de enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, diabetes, hipertensión y deterioro cognitivo, mejorando tanto la salud física como mental y contribuyendo a una mejor calidad de vida y autonomía en los adultos mayores.
Los ejercicios de bajo impacto, como caminar, nadar, yoga o pilates, permiten que los adultos mayores se mantengan activos sin agravar posibles lesiones ni causar nuevos daños.
Motivación para caminar
Para motivar a los adultos mayores a caminar con regularidad es importante hacer que la actividad sea agradable, accesible y social. Se recomienda:
- Encontrar formas divertidas y variadas de caminar, por ejemplo, en grupos o en lugares agradables, o combinando la caminata con otras actividades del día para hacerla parte de la rutina.
- Fomentar la participación social, como caminar con un compañero o en clases grupales, porque el apoyo social aumenta la motivación.
- Llevar un registro del progreso para ver la mejora y celebrar los logros.
- Recordar los múltiples beneficios para la salud física y mental que aporta caminar regularmente, como mejorar la circulación, el equilibrio, la coordinación, reducir el estrés y mantener la independencia.
Además, la actividad debe ser a una hora conveniente y adaptarse a las capacidades individuales, empezando quizás con sesiones cortas que se vayan aumentando poco a poco.
Estos enfoques combinan motivación, socialización, y conciencia de beneficios para lograr un hábito sostenible en la tercera edad.
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