Cinco días después del paso del huracán Melissa, la tormenta más poderosa en la historia de Jamaica, buena parte de la isla sigue desconectada
Las lluvias torrenciales, el viento y las marejadas destruyeron carreteras, cortaron la electricidad y dejaron comunidades enteras aisladas, donde muchos aún esperan la llegada de la ayuda.
El gobierno jamaicano ha confirmado al menos 28 muertes, mientras equipos locales e internacionales trabajan para despejar caminos y restablecer servicios básicos.

El huracán de categoría 5 también tocó tierra en Cuba y Haití, dejando una estela de destrucción en todo el Caribe occidental
La ONU moviliza recursos de emergencia
El Secretario General de la ONU, António Guterres, habló con el primer ministro jamaiquino, Andrew Holness, para expresar su solidaridad y urgir a la comunidad internacional a movilizar recursos “masivos” para atender los daños.
El Fondo Central para Emergencias (CERF) destinó cuatro millones de dólares para que las agencias humanitarias aceleren sus operaciones en la isla.

El coordinador de Ayuda de Emergencia, Tom Fletcher, subrayó que la solidaridad internacional “no es solo un principio, es un salvavidas”, y recordó que un equipo de la ONU ya se encuentra en el terreno coordinando la distribución de agua, alimentos y medicinas
Niñez en riesgo
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) calcula que más de 700 mil niños fueron afectados por el huracán en todo el Caribe, incluidos 284 mil en Jamaica.
El organismo apoya al gobierno local para garantizar el acceso a agua potable, alimentos y atención emocional, además de distribuir kits de higiene y recursos para salud mental.

En Haití, donde la emergencia se suma a una crisis humanitaria y de violencia prolongada, UNICEF también reparte ayuda económica y médica a familias desplazadas
Cuba: prevención y respuesta
En Cuba, la ONU destinó otros cuatro millones de dólares para preparar la respuesta antes de la llegada del huracán.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) entregó comida para 180 mil personas; UNICEF distribuyó unidades de tratamiento de agua; la OPS envió generadores y medicinas; y la FAO y el PNUD repartieron semillas y lonas para proteger cultivos y viviendas.
La Cruz Roja Cubana, junto a la Federación Internacional, colaboró con evacuaciones y mensajes de alerta temprana, medidas que ayudaron a reducir víctimas y daños mayores.

En Haití, la ONU logró enviar más de 3.5 millones de alertas antes del impacto del huracán, lo que permitió salvar vidas y preparar refugios. Actualmente, los equipos humanitarios apoyan albergues temporales y distribuyen alimentos, agua y asistencia en efectivo
Melissa deja claro que el Caribe vive cada vez más expuesto a huracanes extremos. La reconstrucción será lenta y costosa, pero también plantea una pregunta urgente:
¿cuánto más puede resistir una región que, año tras año, enfrenta los golpes del clima sin haber terminado de recuperarse del anterior?


			
                               
                             
