
La presidenta de la Comisión de Investigación sobre el Territorio Palestino Ocupado, Navi Pillay, acusó a Israel de cometer “genocidio” en Gaza con el objetivo de “destruir al pueblo palestino”, subrayando que el alto el fuego y la liberación de rehenes y prisioneros ofrecen una señal de esperanza, pero no pueden revertir la devastación sufrida.
“Decenas de miles de vidas se han perdido, comunidades enteras han sido borradas y Gaza ha quedado prácticamente inhabitable”, afirmó Navi Pillay en su intervención ante la Tercera Comisión de la Asamblea General.
La presidenta había presentado un análisis legal el mes pasado a la Comisión, concluyendo que el Estado de Israel es responsable de la comisión de actos de genocidio en la Franja de Gaza, en contravención de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio.
El informe presentado documenta también violaciones de derechos humanos relacionadas con la tierra y la vivienda, así como políticas dirigidas a consolidar un control militar permanente sobre Gaza y alterar su composición demográfica.
“Las autoridades israelíes han respaldado públicamente los planes de deportación de la población, la construcción de asentamientos y la anexión del territorio”, indicó Pillay.
Incluso, previo al alto al fuego, la Comisión Internacional Independiente de Investigación (COI), presentó un informe donde concluyó que, desde octubre de 2023, las autoridades y el ejército israelí han cometido “cuatro de los cinco actos genocidas” recogidos en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948: matar a miembros del grupo, causar daños graves físicos o mentales a miembros del grupo, infligir deliberadamente condiciones de vida destinadas a provocar la destrucción física del grupo total o parcial, imponer medidas destinadas a impedir nacimientos en el grupo.
La diplomacia, utilizada para justificar la violencia
La relatora especial sobre la situación de los derechos humanos en los Territorios Palestinos Ocupados desde 1967, advirtió que las acciones ilegales y omisiones deliberadas de numerosos Estados han armado, financiado y protegido el apartheid militarizado de Israel, permitiendo que su proyecto colonial se convierta en un genocidio.
Tras la publicación de su último informe, Genocidio en Gaza: un crimen colectivo, Francesca Albanese señaló que la diplomacia internacional, concebida para preservar la paz, ha sido utilizada para justificar la violencia, deshumanizando a los palestinos y legitimando la narrativa israelí de “autodefensa”. Destacó que el uso del veto en el Consejo de Seguridad, los retrasos en el reconocimiento del Estado de Palestina y el hostigamiento a los Estados que han acudido ante la Corte Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional han contribuido a esta situación.
“Llamar a un alto el fuego plan de paz mientras se permite que continúen la ocupación y los asesinatos no es diplomacia; es un doble lenguaje orwelliano que despoja a los palestinos de su capacidad de acción al imponerles condiciones injustas e ilegales”, dijo al respecto.
Asimismo, Albanese denunció que los vínculos militares y comerciales con Israel han alimentado “la maquinaria del genocidio”. Recordó que, en los últimos cuatro años, Estados Unidos ha suministrado cerca de dos tercios de las importaciones de armas israelíes, mientras decenas de otros países mantienen intercambios de armamento y tecnología militar.
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