La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, informó que aún no hay una fecha establecida para reabrir la frontera a la exportación de ganado hacia Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa, explicó que, aunque el tema sigue en negociación, Washington reconoce los avances que ha hecho México en el combate contra el gusano barrenador, una plaga que ha afectado gravemente al sector pecuario.
El cierre de la frontera, impuesto por el gobierno estadounidense hace casi un año, surgió tras detectarse brotes del gusano barrenador del ganado, un parásito que pone en riesgo a los animales al alimentarse de su tejido vivo.
Este cierre ha tenido consecuencias económicas importantes, pues, de acuerdo con el Consejo Nacional Agropecuario (CNA), las pérdidas acumuladas ascienden a 1,300 millones de dólares y se han dejado de exportar al menos 650 mil cabezas de ganado.
Sheinbaum señaló que, aunque el cierre afecta a los productores mexicanos, también tiene impacto en Estados Unidos. “Incluso el precio de la carne ha subido”, dijo la mandataria, destacando que ambos países están interesados en resolver el problema lo antes posible. En zonas del norte de México, como Sonora o Chihuahua, miles de ganaderos dependen de las ventas al país vecino, por lo que la suspensión ha significado una fuerte reducción en sus ingresos.

Durante su reunión con Brooke Rollins, secretaria de Agricultura de Estados Unidos, la presidenta mexicana aseguró que se presentaron los avances logrados para erradicar el gusano barrenador. Entre ellos, mencionó que México ha completado un 30% de la construcción de una planta dedicada a producir moscas estériles, un método biológico que sirve para controlar y eliminar esta plaga. La planta, según estimaciones del gobierno, estará lista a mediados de 2026.
Ambos gobiernos coincidieron en la necesidad de evitar que el parásito se propague hacia el norte del continente, por lo que acordaron continuar los trabajos técnicos para definir criterios científicos que regulen la reapertura de la frontera.
La mandataria explicó que el objetivo es establecer un sistema claro y verificable, que evite decisiones “subjetivas” o cierres repentinos como el ocurrido recientemente en Veracruz, cuando se detectó un caso aislado y la frontera volvió a cerrarse.
Sheinbaum insistió en que México busca un mecanismo transparente y basado en datos técnicos. “Lo que queremos es que existan indicadores claros que determinen cuándo se puede cerrar o abrir la frontera, para dar certeza a los productores”, señaló. Con esto, se busca proteger al sector pecuario mexicano sin comprometer la sanidad animal en ninguno de los dos países.
Las exportaciones de ganado mexicano han sido clave para la industria estadounidense, representando en promedio más de un millón de cabezas al año, es decir, cerca del 60% de las importaciones de ganado vivo y alrededor del 3% del total nacional. Por ello, especialistas del sector consideran que la cooperación binacional será esencial para restablecer el comercio y evitar más pérdidas tanto para los ganaderos como para los consumidores.




